Madrid
Pasada la Feria del Libro venían las vacaciones, como planeado salimos rumbo a Madrid en nuestro primer viaje transatlántico con Mar. La verdad que el vuelo fue medio desastroso, no nos dieron primera fila sino segunda, donde los posamanos no se levantan, asi que la pobre Mar se caía del sueño, puesto que el viaje era de noche y no hallaba como acomodarse, finalmente del llanto y agotamiento cayó dormida encima de mí como buenamente pudo. Lo cual me dejó a mí mucho para el sueño pero bueno….
Cuando finalmente llegamos a Madrid nos hospedamos en el el Aparthotel Plaza España y nos fue super bien. A la espera de que los Barría llegaran el siguiente día, tomamos un apartamento de dos habitaciones con sala, cocina y una terraza inmensa en pleno centro Madrid, sobre la Plaza de España al comienzo de la Gran Vía. Y todo por excelente precio, muy recomendable. PLAZA DE ESPAÑA
Como llegamos en la tarde y el clima estaba buenísimo salimos a dar un paseo por los alrededores, a comer paleta en la fuente de la Plaza, caminar Gran Vía hacia arriba, pasar Callao, donde cenamos en el Corte Inglés, y llegar hasta la misma Plaza Mayor. Mar paseando en un cochecito encantada con el gentío y los lugares nuevos, curiosamente más que fascinarse por la plaza Mayor quedó prendida de un ecuatoriano disfrazado de Miki Mouse que le regalo un globo. Viajar tan lejos para eso…. En fin, por mi lado, yo iba recordando el viejo barrio donde vivía cuando me quedé con Cristina y Bosco.
Cuando la llegaron los Barría y mi madre decidimos el primer día todos juntos salir a callejear por el Madrid de los Austrias. Nuevamente la Plaza Mayor y seguimos hasta el mercadillo y paramos a jugar con los niños en el parque junto al Café de Oriente. Seguimos a la Almudena y todas las callecitas encantadoras debajo del puente. En la tarde recorrimos un poco la Castellana y jugamos en el parque con los niños que se portaron a la altura y como unos príncipes.
Para hacer un día que gozaran bastante los peques la agenda arrojaba día del Zoo de Madrid. Y allá nos encaminamos en metro para gozar el show de delfines, nos elefantes, osos y toda la faunia ahí reunida que tenía encantada y maravillada a Mar y Adrián. Excelente plan para hacer con los niños en Madrid MADRID ZOO
Zaragoza
Al día siguiente tomamos rumbo a Zaragoza en nuestro maravilloso busito alquilado para la ocasión. La verdad que fue la mega idea del viaje. En vez de andar como locos tomando taxis y trenes con horarios rígidos, y ya siendo tantos, alquilar el busito con las sillas para los niños fue fantástico. Saliamos a la hora que queríamos, íbamos de lo más cómodos, había espacio de sobra para ir con Juan Carlos y llevar a mi madre también y no hubo stress de correr con las maletas, los niños, los cochecitos y todas las historias por las estaciones. Llegamos nuevamente a un apartahotel que Maria Pilar nos tenía ya acondicionado con comida casera para los peques y cerca de la casa de la gueli y la zona antigua.
En Zaragoza aprovechamos para enseñarles la ciudad a nuestros maridos e hijos y por supuesto para lo más importante, compartir con la abuela y presentarle a sus dos bisnietos de las Américas. Hicimos hasta un recorrido en bote por el Ebro que fue nuevo para nosotras también. Porl o demás el camino fue recorrer arriba y abajo el Paseo de Independencia y el Pilar para encomendar a los niños, Mar sale llorando y atacada en la foto junto al manto en manos de un monaguillo que sudaba y recibía puteos de un cura con muy malas pulgas. Por lo que evito ponerla aquí y espantar de la experiencia a nadie. Las tardes en la plaza del Pilar correteando palomas fueron de lo más divertidas. El buen clima nos acompañó una vez más y así la gueli se animó y salió a pasear con nosotros y almorzar en la Tragantua y tomas cafecito en la plaza Sas.
En las noches Ma.Pilar los atendió a cuerpo de rey en su casa dándonos de cenar a una tropa de caballería y poniendo a su disposición montón de juguetes y su nieta para entretener a los peques. Hay que decir que fue una maravilla que los niños se ajustaron al horario español rapidito y, excluyendo las dos primeras noches que a la mitad de la noche se levantaban a correr y ver Barnie, se acostaban a las 12 de la noche cuando llegábamos de la calle y se levantaban a las 11 de la mañana.
Las Ventas, las Fiestas de Graus y Los Pirineos
Nuevamente tomamos carretera en nuestra super nave camino a los Pirineos, donde al llegar los peques estaban fascinados con el tractor y los gatos del vecino.
El primer día bajamos a Graus a echar un vistazo de el jolgorio carnavelesco típico de las ferias y a hacer super! Como no podía ser de otra manera, nuestra primera parada para almorzar en la zona de nuestros recuerdos infantiles, fue en Santa Liestra con su maravillosa vista. Pasado el postre de helado de limón dentro de la cáscara de un limón enorme, y que estaba tan bueno como recordaba, bajamos al puente de Graus para ver el desfile típico de las Ferias donde cruzan el puente los gaiteros, incluyendo a nuestro querido Mariano, y reparten torta azucarada y vino. La verdad que eso también fue nuevo para nosotras que para esas fechas de septiembre solíamos estar de vuelta en la ciudad, y los niños manejaron bastante bien los cañonazos que eran capaces de reventar un tímpano Finalmente fuimos a ver caer la tarde al pantano. Mis mejores recuerdos de infancia trascurrieron ahí, jugando en esas aguas y comiendo tortilla de patata con Casera en la hierba. Creo que todos tenemos un lugar en nuestra mente donde podemos refugiarnos para buscar una sonrisa porque es nuestro sitio feliz. Para mí son los veranos de niña en el pantano…
Nuestro siguiente día fue de excursión, así que con el busito a full (ya les comenté lo fabuloso que fue esa idea??) incluyendo además de los Vásquez y los Barría, a JuanCa, a mi madre y a Pili, nos encaminamos a Benasque. Dimos nuestra recorrida por el pueblo con sus casas de piedra, sus restaurancitos y todos los hoteles y tiendas para la temporada de esquí. Desilusión que debido a unas obras no estaba el kiosquito de las mejores churros con chocolate del mundo mundial. De ahí arrancamos en nuestra nave a almorzar en el Hospital de Benasque, que no tiene nada de hospital, es un hotel muy concurrido en la temporada de nieve pero que es encantador y tiene vistas preciosas en cualquier momento.
La noche la terminamos en las Ferias de Graus, comiendo allá los churros, que así sin chocolate son la perdición de Mar…. Con el ritmo que nos mandábamos no es de extrañar que los niños durmieran a las mil maravillas en las noches, los traíamos al trote y dieron la talla como todos unos campeones!!
Nuestro último día lo pasamos más cerca de la casa y así la mañana fue más calmada y los niños jugaron en la calle, como hicimos nosotros hace algo más treinta años, y estuvieron curioseando los cerdos y gallos del vecino
Luego fuimos a recorrer otros lugares de recuerdos inolvidables y claro, no podía faltar la famosa foto en el Carrasco, como cada vez que hemos venido de viaje. Es casi que un símbolo familiar y al final fue una sorpresa que la Rosario nos lo dejara en herencia, porque mucho lo prometía y de ahí a creerle…
El almuerzo esta vez fue el mesón, ahí al lado de casa y con los de toda la vida. La verdad que comimos super rico la comida típica de la región, desde cochinito hasta longaniza y chuletón. Los niños jugaron y se revolcaron por el monte como debe ser y a nosotros nos daba mucha lástima que era nuestro último día en Las Ventas.
Al caer de la tarde subimos a Torre Ciudad, la sede religiosa más importante del Opus Dei que justamente está en Los Pirineos, a tres cuartos de hora de la casa de las Ventas. Y además de disfrutar de la hermosa vista aproveché con Mar a prenderle un par de velitas a la Virgen de Los Angeles, una para que la proteja a ella y otra para que le mande una hermanita pronto…. O hermanito claro….
Madrid
El camino no es cortó así que a bordo de nuestra nave emprendimos el camino a Madrid, hicimos una parada en Zaragoza para despedirnos de la gueli, dejar a mi madre y almorzar rápido en el Corte Inglés. Aproveché a dejarle una tarjeta con mis datos de contacto a Cristina Sanz, mi amiga de infancia, y con quién no tenía contacto hace tiempo. Al final de la tarde llegamos a nuestro nuevo apartahotel en Madrid, Los Jerónimos, que queda en un área preciosa muy cerca del Parque del Retiro y que es de lo más calmada y bonita.
Nuestro siguiente día en Madrid fue algo lluvioso así que decidimos ir… a un Mall!! En el camino recogimos a la prima Cristina, que a mi no me cabe en el pecho de lo que la quiero y atesoro tantos buenos tiempos juntas por Madrid en tiempos de, cómo diría Riki Martin, la vida loca. Obviamente no hay mucho que contar, ¿Qué se hace en un mal? Pues comer y comprar!
Los días se nos acababan pero aun quedaban un par para sacarle jugo. Aprovechando la zona pasamos el otro día en el Parque del Retiro, bien fuera en un paseo en bote, dándole de comer a las palomas o paseando sin mucho rumbo pero sin prisas, por callecitas y kioscos. Con esa afinidad y buena mano que tiene la Cutufa con los niños se los metió en el bolsillo en un momento.
Buaaaaa!!! Último día…..
Como llevábamos coordinando gracias al internet y la cadena de la Magallonada, finalmente hicimos una reunión de primos y sus respectivas descendencias en casa de Gorka. Faltaron los Marco de Rafa y Bea y sus hijas, por lo demás ahí estuvimos todos, que no es cosa fácil. Incluyendo a Nerea y su sorpresa de pancita de 4 meses!! La verdad que lo pasamos estupendo. Por lo general no coincidimos mucho, las distancias que nos separan a casi todos son largas, podemos pasar meses sin saber los unos de los otros pero cuando nos vemos es como si fuera algo de todos los días, la complicidad, la soltura, la confianza y el humor están ahí, intactos… Que magnifica suerte tengo de tener la familia que tengo y los primos con los que cuento….
Y se acabaron las vacaciones…. Emprendimos el largo viaje de regreso felices de los tiempos compartidos y orgullosos de nuestros pequeños hijo que se portaron de maravilla en todo momento y aguantaron unas vacaciones intensas sin dar problemas. Hasta en el vuelo de regreso fueron divinos… De todos modos si hay que decir que para que unas vacaciones con niños salgan bien la clave es: organización, organización y organización.