Fiestas Patrias en Buanventura
Llegó noviembre con sus símbolos patrios, sus banderines por todos lados y el montón de días feriados. La cotizada semana de fiestas patrias nos llevó a empacar las maletas y, como hacemos a cada rato, partir rumbo a Buenaventura con los Barría y esta vez con mi madre también. Como siempre la estadía fue estupenda y se fue en mañanas de piscina, comer, comer y comer, y tardes de cafecitos en el deli, paseos al Kids Club y atardeceres en la playa jugando con los niños en la arena. Mientras en gran medida también envidiábamos a Beatriz que tranquilamente leía un libro sentada plácidamente a la orilla del mar sin hacer castillitos, rellenar de agua regaderas o evitar que Mar y Adrián se mataran por un barquito de plástico naranja. Cuando me pongo realmente envidiosa de lo grandes e independientes que están sus hijas tengo que recordarme que en mis veintes, a la edad en que ella las criaba, yo viajaba por todo el mundo y recorría Europa o Africa así como bares y discotecas… Imagino que criar hijos pequeños tiene unos años en que inevitablemente tu independencia queda relegada por un tiempo…
En fin, aun que me pusiera por ratitos algo celosa de su tranquilidad, tener a Bea con sus hijas en el apartamento del Bristol y asi poder pasar las tres hermanas con nuestra madre, y al mismo tiempo nuestra descendencia, las tardes en la playa fue un tiempo genial e increíble.Además, en esta semana de feriados, María cumplió sus 18 años, yeap! Esa adorable pequeñita es todo un mujerón que además de guapa es madura y centrada. Con mucho cariño sus tias y tita le regalamos un collar Tiffany con la inscripción de su recién alcanzada edad, al fin y al cabo, 18 años sólo se cumplen una vez…
Primera empollerada de Mar
En la escuelita de Mar las fiestas patrias también estaban tomando la temática y así fue como ella tuvo su baile de típico. Donde, típica situación, apenas los niños vieron a sus padres se congelaron, olvidaron todo un mes de ensayos y se echaron en los brazos de sus padres. De todos modos Mar lució por primera vez su pollera de campesina comprada en el verdadero Salsipuedes a un viejito bien cascarrabias.