Temprano en la mañana del 8 de febrero, Darío recibió una llamada del hospital para apersonarse allá en referencia a su madre.
A las 7:30am me llamó para decirme que hacia una hora y algo que su madre había muerto.
Era, en realidad, la crónica de una muerte esperada.
Los últimos meses la salud de Astrid había ido empeorando, todavía más de lo normal, y para las últimas semanas los pronósticos eran tan desalentadores que desearle que se fuera y descansara en paz era lo más humano.
Sin embargo, uno nunca está totalmente preparado para la llegada de la pelona y, cuando ella se lleva un ser tan cercano es siempre impresionante, por más que uno ya la viera venir.
Mi relación con la muerte cercana es escasa, tengo la fortuna de haber sido testigo de pocas muertes en mi familia y entre mis amigos, tal vez por eso me impresiona tanto.
Por eso y por lo que me arroja a la cara la propia trascendencia en el mundo. Hoy estás, mañana no, y la vida para todos los demás sigue igual.
Como diría Pink Floyd, uno apenas termina siendo un ladrillo en el muro.
Por ejemplo, a pesar de no ser lo que se podría decir cercanos, sea por lo laboral o por colegas en el arte Gustavo Araujo fue una figura relativamente constante en mi vida desde que me tomó por primera vez unas fotos a mis 18 años. Su muerte, ésta sí inesperada y repentina, me afectó mucho, al punto de que aun no puedo borrar ni su email ni su celular, es como si al no hacerlo no borro su existencia… Es como si al no hacerlo fuera una manera de revelarme ante la temporalidad todos nosotros…
Pero bueno, estábamos hablando de mi suegra…
Conocí a Astrid en el 2002, cuando junto con Marlene Zarak planeábamos en segundo festival de San Felipe que esta vez se haría en la antigua planta eléctrica de San Francisco. Al ser Astrid la Representante del Corregimiento necesitábamos su autorización.
Como su fama de estricta y dura la precedía entramos a su oficina bastante asustadas, como si fuera a la cueva del lobo. Sin sospechar que seis años más tarde me casaría con su hijo, se me ocurrió sacar a relucir que conocía a Darío y que era muy amigo de mi hermana Beatriz, en fin, cualquier charla ligera que pensé podía crear alguna simpatía o afinidad con nosotras y bajara su guardia.
Cual sería mi sorpresa cuando tengo que decir que fue encantadora con nosotras, le gustó muchísimo el proyecto cultural y, no sólo nos dio su permiso sino que personalmente llamó a las otras entidades de quienes requeríamos autorización para recomendarnos.
Volví a verla en el 2006, cuando llegaba de la mano de Darío como la novia y ella ya no estaba en la política y sí bastante enferma.
Aquella mujer enérgica que años antes se había levantado rápidamente de su silla y nos daba una mano fuerte y decidida distaba bastante de la Astrid de ese momento, muy debilitada y en silla de ruedas debido a la diabetes y sus complicaciones.
En los años siguientes fue mejorando y, si bien es cierto que la silla de ruedas era inevitable sí tuvo mejoría de ánimos y fuerzas.
Astrid fue una mujer controversial, de ideas fijas, opiniones contundentes y pasiones fuertes. Como todas las personas que viven y enfrentan la vida sin matices, donde las cosas sólo son blancas o negras, tuvo aciertos y errores, grandes virtudes y grandes defectos, buenos amigos y fuertes detractores. Al igual que todos, a su manera, busco la felicidad, unas veces la encontró y otras se le escapó.
Será recordada por una gran luchadora por la democracia y por su patria, a la que muchas veces puso por encima de ella misma y de los suyos.
Por mi lado siempre estaré agradecida por el loco amor que tenía por Mar desde que estaba en mi vientre. La quiso genuina e intensamente y ante alguien que ama así a tu hija uno solamente puede sentir aprecio y cariño.
Por años tuvimos sus visitas religiosamente los jueves, hasta los últimos meses, donde su salud volvió a verse afectada y ella no estaba con fuerzas, ni físicas ni anímicas como para salir de su casa.
En la última conversación que tuve con ella quedamos en coordinar una visita a su casa con Mar.
La pelona llegó primero….
Hola buenos dias quiero saludarla y decirle lo triste que me siento con la perdida de ASTRID.
quisiera relatarle algo de aquella bella mujer, que conoci, cerca de 1967-1º968, yo era un niño entonces y ella vino a MEDELLIN- COLOMBIA luego de la separación de su primer esposo.
Vino a la finca de mi tio sacerdote, esoperando sanar sus dolencias , su tristeza y ella un poquitin mayor que yo, creo unos 16 años, comenzo a ser esa amiga, esa persona cercana, carismatica, jovial, que termino por enamorarse de COLOMBIA y mas aún de MEDELLIN y allí , volvio a resurgir alentada, dispuesta a batallar encontreando a DARIO VASQUEZ su segundo esposo…………..en el jardin de aquella finca me enseñaba como podia uno pararse en las dos manos y dar vueltas en una hagilidad que a mi me dejad atonito……..como hacia esa figura un poco corpulenta y fuerte hacer todo eso…no lo sé pero era tal la magia que ella tenia en si misma, seguro su confianza y seguridad en ella misma, que todo lo podia, sin gritos, ni mostrandose, sino con esa calidez d emadre, amiga.
Asi mis padres se conviertieron en sus amigos y fueron muchas noches junto al lado de Dario compartiendo una buena copa d evida, conversación agradable, hasta que decisio nuevamente volver a su querida PANAMA.
Su rostro se habia restaurado y nuevamente joven y bella queria dar otra vez la batalla.
E tanto lo que podria relatarle que no bastaria todas las palabras para definior aquella persona maravillosa que fue ASTRID…………..por eso hoy me uno a su causa y solo puedo mandarle un beso enorme y decirle PAZ EN SU TUMBA…………porque los recuerdos maravillosos quedan en la memoria de esta familia suya de COLOMBIA.
muchas gracias por este espacio y decirle a los hijos de DARIO UQ ETODAS ESAS SEMILLAS MARAVILLOSAS FUERON CONCEBIDAS EN ESTA TIERRA QUE SIEMRPE LOS ESTARA ESPERANDO…….Jorge Alberto Hoyos Mejia
gracias Jorge, tus palabras son preciosas y se las hice llegar a sus hijos que se sintieron muy conmovidos, gracias, gracias, gracias, un abrazo, p.-