En el 2004 llegó a mi espacio de galería María Raquel Cochez con el proyecto para su muestra individual “Rebuscando Memorias”. En ese entonces esta chica menuda, tímida, de hablar suave y sonrisa cohibida demostraba tener una garra en su expresión artística que no correspondía a la impresión que proyectaba. Hoy en día habla alto y claro gracias a la liberación que ha conseguido a través del arte.
Desde sus inicios, María Raquel, mostró esa tendencia tan propia de sacar al exterior los mundos ocultos y privados que tenemos dentro. En “Rebuscando memorias” hizo una muestra que contaba, como el material base, cajas de fotos y recuerdos de la vida de alguien que habían sido tiradas a la basura. Gracias a que ella encontró esas cajas despachadas, la vida de esa mujer -sin nombre ni referencia- pasó a tener una nueva oportunidad de no caer en el olvido. De algún modo su presencia tan íntima, su memoria tan personal acompañada de su falta de identidad, permitió que todos pudiesen identificarse con ella y nos enfrentara a nuestra propia presencia efímera sobre esta tierra. Hoy estamos, mañana no estamos. Hoy nos quieren, mañana nos olvidan. Desde sus inicios, María Raquel, usa en su arte la memoria y la nostalgia para cuestionar.
En su evolución fue tornándose más personal, ya no exponía la vida ajena, Cochez empezó a exponer la suya. De una forma cruda y sin tapujos fue sacando sus trapos al sol y exorcizando sus demonios a punta de ponerlos a tiro de cualquiera. La suya ha sido una lucha contra la baja autoestima derivada del sobrepeso, característica casi que imperdonable en esta sociedad de mercadeo y el consumo. Ella se ha levantado y se ha quedado en pie frente a todos haciéndonos testigos, e involucrándonos, de este debatir suyo, en esta lucha sin cuartel que libra por sí misma y, a través de su experiencia personal, por esas otras niñas y chicas que enfrentan los kilos de más y la distorsión de su imagen como una barrera para el desarrollo personal.
María Raquel trabaja diferentes técnicas como quien es políglota pero mantiene un solo discurso en todos los idiomas. Lo ha presentado desde su primera muestra y lo presenta ahora en su exposición “Little Fat Girl / Niña Gorda”. Así, la pintura, el dibujo, el video, el arte objeto y el performance están presentes en su trabajo manteniendo una sintonía que hace totalmente lógica su presencia disímil. La obra interactiva también juega un papel importante, obliga al público a no ser un simple espectador, lo sumerge, lo hace parte, lo pone dentro del pellejo de ella, no le permite pasar sin que la artista esté segura que ha capturado su atención, aunque sea por un momento. Lo hace con el retrato de código de barras, donde desgrana sus códigos alimenticios y sus memorias infantiles entrelazadas a diferentes comidas, realizado en colaboración con Scott Blake o, en la obra “It’s just baby fat” que comienza como una instalación de pasteles de cumpleaños y se convierte en un performance donde estos pasteles son cortados y repartidos entre los asistentes, como quien comparte su vicio.
Si bien usa y domina variadas técnicas contemporáneas, éstas no son en ningún momento un medio que la excuse de un limitado desarrollo plástico. Queda demostrado en su excelente trabajo de pintura hiperrealista de arte pop donde la comida puede ser acción, fondo o primer plano pero definitivamente es protagonista. Lástima no haya una muestra de estas pinturas de gran formato en esta exposición.
María Raquel Cochez trabaja sobre un mismo tema sin dejar por eso de evolucionar y de presentarlo diferente porque, de alguna forma, es un diario de su vida y no hay dos días iguales.
Su obra es un documental de su relación particular y simbiótica con la comida y la percepción de su cuerpo. Bajo la bandera de la valorización del ser por encima de su apariencia física expone, da talleres y conferencias en diferentes países y cautiva con su trabajo, auténtico, visceral y muchas veces desgarrador, que solo ella puede presentar de un modo que se vea inocente. Porque María Raquel Cochez será ahora una mujer en su treintena bien vivida y madre de tres hijas pero, para ella en esta muestra, sigue siendo esa niña, esa pequeña niña gorda para proteger, luchar y hablar por ella… Alto y claro.
“Little Fat Girl / Niña Gorda” estará expuesta en Los del Patio en el Casco Viejo (lateral al Teatro Nacional) hasta el 20 de julio.
Taller con María Raquel Cochez “¡Nos engañaron! ¡Todas somos hermosas!” el sábado 23 de junio de 10am a 12:30pm en Los del Patio.
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