Cuando empecé a “investigar” para esta entrada me encontré que las dos respuestas más comunes fueron: Educación y/o dinero.
Ahora bien, aquí diré lo que yo considero que es lo mejor que le puedo dejar a mis hijas y por qué. Por supuesto, es sólo mi opinión.
A ver, estoy de acuerdo que la educación es necesaria en un mundo cada vez más competitivo pero, cuántas personas no he visto yo que se tiraron años de educación élite en universidades que costaron una fortuna y… ¡ZAS! Se casaron (lo que corresponde a decir que el que tu hija tenga “un marido estupendo aunque ella no ejerza” le costó a la familia casi medio millón de dólares, tirando bajo) o decidieron el día, o el año, después de su graduación que querían hacer otra cosa (el que estudió ocho años leyes en Yale para estar ahora dando saltos en el “Cirque du Soleil” o recortando Bonsáis) y colorín colorado, mamá y papá muchas gracias, pero el cuento se ha acabado.
Y el dinero… ¡Ay, el dinero! A la larga nunca es suficiente, siempre falta para algo más y la inflación se las apaña de maravilla para llevarnos la delantera. Para que realmente sea “dinero” en los tiempos de nuestros hijos, debemos multiplicar por cinco lo que hoy lo es para nosotros.
Entonces, considero que lo que mejor que le puedo dejar a mis hijas es: salud emocional. Hacerles los cimientos de pensamiento donde aprendan a lidiar con las relaciones, los retos, los triunfos y los fracasos, los sentimientos y el respeto propios y ajenos. Considero que cuanto más sólidas construyamos juntas esas bases ellas sabrán salir adelante de lo que sea que la vida les depare. Esto, me toma mucho más tiempo y sacrificio que generar más ingresos, porque es a través pasar el mayor tiempo posible con ellas, jugar y jugar que les enseño y entienden esas cosas, en las pequeñas experiencias que pasan en el día a día.
Por supuesto les enseñaré la importancia de educarse -y tomo mis medidas para aportar a ello- y aprender siempre más (sobre otras culturas, países, religiones, opiniones y tantas cosas que no se ven en un centro de estudios) y que tengan al dinero en su justo lugar. El dinero en sí no es lo más importante pero hay que saber ganarlo honestamente y cuidarlo, porque lo que sí es importante es lo que se consigue con el dinero: tratamientos de salud, casa, comida, seguridad, estudios, etc.
Cuando Denise Quelquejeu, de la Fundación Relaciones Sanas, me contactó para apoyar su causa donando un cuadro para la Subasta que se llevará a cabo mañana, me encantó poder participar. Relacionadas con diferentes temas referentes a la salud emocional tienen programas de apoyo para madres adolescentes, para apoyo emocional a niños de bajos recursos que participan en Operación Sonrisa u operaciones de corazón, programas de prevención del suicidio en adolescentes y prevención del bullying en las escuelas entre otros.
Para los que puedan, asistan y apoyen la Subasta de Arte de la Fundación Relaciones Sanas para recoger fondos para estos programas.Esta es la obra con la que estaré participando…
Sólo espero hacerlo bien con mis hijas (aunque en la adolescencia me dirán que todo lo hice mal) y que en la vida su mayor fuerza provenga de su interior…