Con esto del año nuevo en martes, el puente y el festivo, estuvimos cinco días en la playa y la pasamos ¡ESTUPENDO!
Eso sí, hubo un par de inconvenientes… Por un lado, el primer día, mal-calculé el peso del cochecito de Ana y ¡ZÁCATE! ¡se me salió la hernia lumbar! Ví bastantes estrellitas pero, gracias a que mi maridito se fue hasta Panamá a buscarme una faja no pasó a mayores. Es que es un santo (cuando quiere) y, por mi lado, pues no fue la típica comedera de fin de año porque, con una faja lumbar desde la rabadilla hasta el esternón, apretada a con doble vuelta, digerir una aceituna ya era la hazaña del día.
Pero ¡qué más da! el tiempo nos acompañó divino (teniendo en cuenta que parece que llovió el diluvio universal el día antes de llegar) y nos divertimos montones en la piscina. A Mar sólo le falta desarrollar agallas y Ana descubrió este fin de semana que con los flotis se puede desplazar por la piscina sola y no cabe en su dicha. Anda con unos aires de «República Independiente» que quién la aguanta.
Las tardes las pasamos en la playa. En fin, que las niñas entre primos, piscina, playa, casa Club, caballos y carrozas, estuvieron a poco de explotarse como un pop-corn y yo me babeada cual perro detrás, qué le vamos a hacer… me descoloco cual desvertebrado cuando las veo felices… aunque yo vaya enfajada y, por ende, ¡sofocada del calor e indigestada!
Como ya es costumbre, este fin de año llegaron desde Alemania Cristoph y Vera (hermano de mi papá y la esposa) que son la alegría de la huerta y divertidísimos, buena energía desde el viejo mundo 😉
Antes que nos diéramos cuenta se iba el último atardecer del año y el 2012 se nos escurría en la historia…
Llegó la celebración para el año nuevo (también esta vez en casa de los Barría) y… el segundo inconveniente… Estacioné el carro en la hierba y resultó ser que, lo que NO parecía, era una zanja de lodo y éste se fue deslizando de lado hasta quedar enterrado al punto que tomó una hora y un camión (por más Land Rover que mi auto sea) que lo remolcara para poder sacarlo…
Nada que nos fuera a aguar la noche. Acosté a Ana que quedó dormida al cuidado de la nana y Mar se apuntó a la fiesta, aunque a las 11 ya estuviera dormida como una piedra.
Y así, al calor de la hoguera prendida en media playa, con fuegos artificiales en cuatro puntos diferentes (ganadores los del Decameron) y el sabor de la campaña bien fría, recibimos al 2013 en Buenaventura.
¡¡FELIZ AÑO 2013 MI GENTE!!
QUE EN ESTE AÑO LAS SORPRESAS SEAN GRATAS Y ¡MUCHAS!
¡¡MIS MEJORES DESEOS!!
Me encanto!!! feliz año
que bueno que te haya gustado Nayu!! un abrazo, p.-
Me encanto!!! feliz año
que bueno que te haya gustado Nayu!! un abrazo, p.-