La mañana de julio 10 salimos en bus tempranito rumbo nuevamente a Las Ventas a la espera de que allà nos encontraríamos con Bea y las niñas y Cristina que llegaban mas tarde en auto. Si hubo que esperar un poco pero lo hicimos en Graus mientras adelantabamos el recibir el machetero Patrol, un 4×4 que lleva a su haber mas de una década pero que se portó como un campeón en los paseos y los trotes que le dimos por Los Pirineos.
La primera aventura fue darnos un baño en el río detrás de la casa, río en el que ya nos dabamos nuestro baños de niñas pero que ahora le han hecho una pequeña represa que, teniendo en cuenta como está bajando el cauce, está genial para bañarse. Ya el agua nos pareció fría pero obviamente no sabíamos aun a los que nos mediamos… Y como el tiempo apremiaba de ahí salimos bajo las estudiadas direcciones de Beatriz para adentrarnos montaña arriba por carretras forestales que nos permitieron apreciar unos paisajes espectaculares, porque si bien las playas caribeñas son de cine los paisaje pirináicos también quitan el hipo!!
Por supuesto teniendo de guía a «la niña exploradora» (entiendase por Beatriz) todas las rutas venían acompañadas de explicaciones e historias, vamos, que faltaba Lider para decirnos de aves y plantas y ya era plan de estudio completo. La verdad nos lo pasamos pipa, valga la mención también comiendo pipas todo el camino…. y decidimos seguir y seguir hasta encontrar un lado del río donde hacer picnic, y claro, cuatro mujeres que piensan primero en el romaticismo de buscar el sitio mas lindo para la comidita, dejaba a Darío con un hambre de dragón ante la cual cedimos todas en hacer picnic en el siguiente sitio que fuera medianamete decente, ante la posibilidad de que Darío nos hiciera comer a la vereda de la carretera antes que de la del río.
Ya con la barriguita llena y después de que las valientes de Cristina, Bea y sus hijas se metieran en un río que esta vez sí estaba demasiado frío (porque es que los pies se te quedaban entumecidos y el cuerpo entero literalmente duele) seguimos rumbo a donde Bea nos llevaba y llegamos hasta un pueblito perdido en la cordillera llamado Tella y que según Beatriz y su librito fue conocido como el pueblo de las brujas, aunque no encontramos información que realmente sustentara la afirmación. La luz de la última hora de la tarde se veía preciosa y antes de llegar a casa aun paramos en Ainza, un pueblo medieval muy bien conservado y por ende muy turistico donde nos cobraron dos euros por 4 oz de Coca-Cola!!
Aun hicimos una barbacoa al llegar a casa, si es que les digo que en España no se acaban los días nunca!!!
El martes enfilamos hacia la frontera con Francia, mas en concreto hacia los baños de Benasque, a eso justamente, darnos un baño. Bueno realmente una remojada porque esa sí es agua de deshielo y todo lo demás son sopitas! de baño nada, de un tiro te echas al agua, porque si es a poquitos no te metes nunca, si sobrevives al paro cardiaco momentáneo y mientras sientes como si mil navajas te cortaran la piel, te las apañas para llegar mas rápido de lo que ni sabías podías para llegar a la orilla y salir del agua en un dos por tres. Lo peor es que ahí te das cuenta que uno es masoca, porque apenas vuelves a tener sensibilidad en el cuerpo y se te empieza a bajar la sonrisa, que no es de otra cosa que de purita hipotermia en a cara, te tiras de nuevo! eso si, masoca vale imbecil no, con dos basta!
Se suponía terminariamos con una comida espectacular en el hospedaje de montaña Hospital de Benasque, que muy bien calificado por su comida, pero la verdad que comimos bastante mal, vale que era tarde, pero la verdad hubiera preferido no nos sirvieran y punto, porque la comida además de bla! estaba toda fría, es que hasta el café estuvo frío!
Cuando bajamos al pueblo de Benasque tengo que dejar para la historia que nos comimos los mejores churros recien hechos, crujientitos y con un chocolate que vamos, para que se te salte la lágrima!! Aun los suspiramos… Y en fin, aun en la noche montamos comida afuera de la casa, como cualquier noche típica de verano en Las Ventas y ahí estuvimos todas de «doctoras corazón» ante la aplastante ruptura amorosa que sufrió Raquel en el momento. Y no diré más que luego se mosquea como Cris de que su vida amorosa ande por internet jaja
Ya en nuestro último día completo en España y antes de partir rumbo a Madrid no podía faltar hacer un recorrido a los templos cercanos a Las Ventas y Graus, porque tan buena es la energía que hay en los Pirineos Aragoneses que el templo Budista de España se encuentra allí, visitado por budistas y personas que participan en sus retiros a contado con la presencia del mismisimo Dalai Lama y Richard Gere que tan budista es el bombomcito ese. Y obligatoria la parada a enseñar Torre Ciudad, que es el templo primordial del Opus Dei, recordando que su fundador José María Escarivá fue español y desde este país se propagó Opus.
Aquí se acaba nuestra aventura por la Madre Patria… esa noche al llegar a Madrid fuimos a comer nuevamente al Almendro 13, ya que Darío concluyó que ni cochinito, ni chuletas, ni longaniza grausina, la mejor comida: los huevos estrellados del Almendro!!
y regreso a Panamá el día siguiente…
colorín colorado los cuentos sobre España se han acabado…